sábado, 17 de marzo de 2012

Del Canal de la Perla o leyenda de la Cubana


El Canal de la Perla es una bóveda subterránea revestida de ladrillo, que se encuentra en el centro histórico de la ciudad de Torreón, Coahuila, México, en mi pueblo natal.

Este túnel subterráneo de 1200 metros se prolonga por las avenidas Morelos, Juárez, Hidalgo e Iturbide (ahora Venustiano Carranza) y cruza por las calles: Ramos Arizpe, Juan A. De la Fuente, Zaragoza, Valdez Carrillo, Cepeda, Rodríguez, Acuña, Blanco, Falcón, Treviño, Ildefonso Fuentes y Leona Vicario haciendo un corte diagonal a esa área. Formaba parte del tajo de la perla con una distancia total de 12.5 kilómetros creado hacia 1893 para ser utilizado como canal de riego. Este canal formo parte de una red de irrigación que transportaba agua del Río Nazas hacia el oriente de la ciudad. El canal de la Perla lleva su nombre por regar las tierras de la Hacienda la Perla, este canal de riego fue un brazo del Canal Torreón que junto con el Canal La Concha tomaban su caudal del propio Rio Nazas y su trayectoria es la del actual Boulevard Independencia. Posteriormente con el crecimiento de la ciudad de Torreón el canal o Tajo la Perla se fue embovedando y paso de ser canal de riego a ser utilizado como drenaje pluvial y de aguas negras, fue redescubierto en el año 2003 por la Dirección de Obras, que le dio un uso Historico-Turistico. Actualmente está abierto al público.

Una leyenda que acompaña a este Canal de la Perla es la de “La Cubana”. Erase el año de 1906, a la región la azotaba una epidemia conocida como “la viruela  negra”. Era tal su magnitud de infestación que los enfermos eran desahuciados y muchas veces eran enterrados vivos para evitar su propagación.

Una mujer, apodada por su origen como “La Cubana”, encantaba a todos aquellos hombres con su belleza, cada vez que la veían en un conocido burdel de la zona Alianza de Torreón. Vendedora de amor y de caricias, fue el deleite de más de uno de los hombres de sociedad en aquella época.

Cuenta que la Cubana era un portento de señora, caracterizada por aquella alegría y pasión de las féminas que se criaron en las aguas del Caribe. Dicen que era una mujer mestiza, que era de una mezcla de raza, de tez morena y cabello rizado. Hibrido de la especie femenina que sabía hacer maleficios y una que otro hechizo de amor. De ojos cautivadores y turgentes y mas que prominentes accesorios corporales que la hacían ser amada por los hombres y odiada por las mujeres.

La tragedia llego a la vida de la Cubana cuando la viruela negra la ataco. Ante el temor de ser contagiados, los clientes dejaron de asistir a la casa de mala nota donde las caricias eran expedidas al mejor postor. La dueña del lugar, mujer perversa y metalizada, opto por sepultar viva a su mejor meretriz. Cuenta la leyenda que su cuerpo en vida fue lanzada al Canal de la Perla para que sus restos mortales no fueran encontrados jamás.

Su ausencia se hizo notar, pero como todo, el tiempo paso y el recuerdo de tan hermosa mujer se fue borrando. Pero una noche, según se cuenta, a las afueras de la una cantina llamada “La Feria”, justo donde las conocidas calandrias esperaban a sus clientes, una mujer vestida de negro con el rostro cubierto subió a una de ellas, solicitando la llevaran al Panteón Municipal número I, ubicado en la colonia Nueva Rosita, alegando que vivía en tal campo santo.

Otros dicen que la han visto vagando por el Canal de la Perla, esperando a ser rescatada, esperando a su siguiente cliente para apresarla con su amor; rezando por que  su cuerpo sea encontrado y  sepultado, para así obtener el descanso eterno.

La verdad no tengo idea lo que sucedió. Esto me lo contaron y así mismo lo digo Yo. Pero si alguna vez visitan Torreón, visiten el Canal de la Perla, tal vez  y solo tal vez, tienen la suerte de toparse  con la “Cubana” y devolverle algo de amor. 

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